Por Claudia Calvo Louward
Hace años, en un programa de magos apareció uno que parecía pésimamente malo. Sus trucos eran obvios, burdos; me pregunté qué estaría haciendo en ese escenario de clase mundial. Hasta que terminó el acto: resulta que el tipo no era ilusionista, sino pick-pocket… y se había dejado la mitad de las alhajas y otras cosas de todas las personas del público a las que se acercó.
Pienso en esto viendo la coyuntura actual: nos tienen como a un jugador de tenis con una raqueta en cada mano -frente a una máquina “tira-bolas” vuelta loca. No se sabe ni hacia dónde volver a ver: que las corruptelas políticas (todos los países), que las envenenadas seriales mediante la medicina y vacunas y -ni hablar- mediante la “agricultura” actual y la biotecnología; que los aditivos en comida y agua; que el relajo de crucigrama en que tienen convertido al cielo con sus avioncitos dejando rayas; que la majadería de que, aún endeudados como estamos, hay que empeñar hasta los calzones de los tataranietos con tal de gozar de TV digital (?); que la “solución” paras salir de deudas es endeudarse más (hombre, esa sí está buena: tras que uno no puede con una deuda de mil, ahora quieren decirnos que saldremos de ella con un préstamo por un millón -más intereses. ¿Quién se beneficia? Ah… los que dieron el flamante consejo fueron banqueros -obvio: mientras uno se parte los lomos tratando de pagar un dinero fiat inexistente, ellos acabarán dejándose la casa, carro, vida, trabajo (existentes) de uno… y de gratis.)
Ahora nos tiran tanta cosa, que uno ya ni siquiera sabe “quién es el bueno”: sabiendo bien que Strauss Kahn siempre fue un banquero sionista y globalizador, desesperado por liar al mundo entero bajo una moneda única (Bancor) para que todos queden amarrados a éste o a arreglárselas con el trueque -incómodo: ¿cómo se cambia un carro por un cartón de huevos y un kilo de zanahorias? Ah, pero resulta que “se cayó”. Y no sólo se cayó, sino que para que cayera, se tuvo que caer también su impunidad diplomática de clase mundial: eso no lo logra un pelagatos como yo. Entonces queda la enorme duda: ¿se lo apearon porque los “buenos” se preocupan de lo que suceda a Europa y el mundo por los actuares de este señor… o será que van a poner a uno aún peor?? Total, ahora todo lo deja a uno con la cabeza en forma de signo de pregunta.
Pero ¿qué tal si todo esto es una cortina de humo -más y más sofisticada, en la medida en que se sofistica el escrutinio general a los actuares de las políticas respectivas de cada país? ¿Qué tal si todos estos “desafíos independientes” que nos están tirando no son más que un modo de apartar a los perros de la entrada -para cuando entre el “rey de los ladrones”? A lo mejor, simplemente estamos tan ocupados capeándonos cada uno de los zarpazos de un osito -que no estamos viendo ¡que tenemos a la mamá detrás! No sería la primera vez que algo así pasara: exactamente el mismo escenario de crisis global -económica, financiera, política, moral, etc- se daba en los años 30s -y la “brillante solución” del Establishment fue… una guerra mundial. Claro, ahí lograron platales y platales, pero también el nauseabundo feto del Gobierno Global -concebido a poquitos a partir de la creación de ONU, FMI, OMS, OTAN, etc… “benevolentes” organismos curiosamente patrocinados por gente tipo Rockefeller, Rothschild y la realeza -no precisamente las personas más desinteresadas del mundo -ni ajenos al financiamiento de Hitler.
Hoy estamos en las mismas, con las variantes de la apariencia física del mundo actual: la forma será distinta, pero el fondo es exactamente el mismo. Y lo que más se puede contabilizar cómo pérdidas después de una guerra -son los muertos. Claro, se dice que gracias a la ONU, ya no ha habido guerras mundiales. Mundiales tal vez no, pero no olvidemos que desde que apareció el pacificador organismo… el mundo no ha conocido un día de paz, y la gente de todos los países ha visto erosionarse poco a poco su prosperidad, soberanía y libertad -con el truco incrementista de que -si las primeras dosis eléctricas son pequeñas y se aumentan de a poco- a cualquiera se le puede pegar eventualmente a un cable de alta tensión. Algo más: las cosas que hace esta gente son demasiado burdas, demasiado obvias. A uno se le para el pelo de ver las estupideces que hacen acá en Costa Rica, pero en todos los países del mundo pasa exactamente lo mismo… salvo tal vez por la decisión popular de hacer algo por cambiar las cosas. ¡Mis mejores deseos a los españoles! Sólo espero sinceramente que NO paren el movimiento -no vaya a ser que les pase como a los irlandeses: votaron en bloque por los que juraban que iban a cambiar las cosas… y éstos las mantuvieron exactamente igual, ni bien llegaron al poder.
Por eso pienso en el ilusionista: a lo mejor el truco de ellos no es de magia, sino de desaparición. Desaparecer los fondos públicos – mediante tener a todo el sistema legal en su bolsillo. Desaparecer la soberanía alimentaria – mediante hacer Tratados de Libre Comercio con los que parecen haber jurado acabar con la Madre Tierra y todo lo que tiene encima. Desaparecer la salud física y mental de los habitantes del planeta – mediante un envenenamiento físico disfrazado de salud (por algo el símbolo médico trae culebritas) y abundancia (por algo los que comen comida rápida se vuelve rápido clientes frecuentes de la farmacia). Desaparecerla también – mediante arreglos arancelarios a lo CODEX/COMEX que prohíben la venta de alimentos sanos. Desaparecer la salud mental -los sistemas educativos del mundo entero sacan cantidades fenomenales de analfabetos virtuales; vean lo que pasa por entretenimiento en TV, que tiene a todo el mundo lleno de órdenes hipnóticas metidas mediante sus ondas alfa -y eso sin lo digital- y vean lo que pasa por “información”, que le esconde a uno todo lo que está pasando.
Hay varios modos de dañar a las pulgas: se pueden sacar una por una -pero requiere mucho tiempo y trabajo, sobre todo cuando las que las buscan TAMBIÉN son pulgas. Se puede bañar al perro en algún producto que sea nocivo para los parásitos… pero siempre quedó algún huevito por ahí que luego vuelve a colonizar al can -además de que las pulgas fratricidas también sufrirían el efecto. Y claro, está el sistema “a lo chancho” que tanto aman los globalistas: se puede matar al perro -ni bien consigan otro perro al que subirse. Este sistema sí les gusta, máxime que saben que ESTE perro está por salir de cadenas y se tirará feliz a un río frío ¡a vivir su vida libre de parásitos picosos! Al sistema no le sirve, porque perdería el control sobre las demás pulgas que los mantienen en el poder -por no notar la insignificancia de los jefes… mejor muertos que libres, a como piensan ellos. Por eso abundan los programas espaciales -hasta en países en que uno nunca pensaría: parece que estos encumbrados personajes están deseosos de salirse por la tangente, y de paso bajarle “la vibra” a la Tierra. Y que “nosotros las pulgas comunes” nos vayamos en la tira con ella, obviamente no les preocupa: de por sí nos están matando a poquitos desde hace tiempo, y ya casi nos han sacado lo poco que nos quedaba de dinero.
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