Y no sabes cuanto me hubiera gustado que no hubieras elegido esa forma tan cobarde de no decirme que no.
Al menos así podría seguir siendo lo que era antes de conocerte, un hombre libre, despertar como cada mañana mirando hacia la ventana, desayunos americanizados y una pausa de un minuto antes de que siga con lo mio.
Al menos, aunque una parte de mí esté jodida, sigo caminando mientras me quedan fuerzas y no desisto, no es mi estilo.
Está claro que algo salió mal, si fui capaz de ver el futuro, ¿por qué no fui capaz de evitarlo?
Y me doy cuenta de lo ciega que estaba mi confianza y lo quebrada que ahora se encuentra.
Una vez me abandoné a la suerte y mira como he acabado, una segunda vez me mataría jejeje.
Puuuuf, que coñazo los lunes
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